martes, 19 de septiembre de 2017

Ya vamos tarde

Y es que vamos a ser reemplazados por los robots, o lo que es peor, vamos a ser "hibridados" con ellos.

La tendencia es clara, si hay una máquina que haga lo que no queremos o no podemos hacer nosotros, mejor que mejor. En el ámbito doméstico, está siendo una revolución, en la mayoría de los hogares podemos encontrar: lavadora, secadora, molinillo, lavavajillas, cafetera, tostadora, horno, microondas, peso, afeitadoras, cepillos de dientes, robots de cocina, terminales móviles que incluyen; teléfono, cámara fotográfica, acceso a datos etc., escáneres, impresoras, consolas de juegos y en algunas más avanzadas: aspiradoras autónomas, persianas automáticas, luces automáticas, frigoríficos inteligentes, realidad virtual, robots de ayuda para los ancianos, androides sexuales, etc.

Si quisiéramos (y con capacidad económica) podríamos automatizar prácticamente toda la casa. La domótica  nos ayudará a poder llegar a casa y hacer lo que quieras, sin perder el tiempo en otras cosas que no nos gustan o no podemos ejecutar. A todo el mundo le gustaría llegar a casa, que te saludaran cariñosamente, te preguntaran que deseas y tú nada más que te dedicaras a disfrutar de la actividad elegida y en las mejores condiciones.

De la misma forma, al empresario, le gustaría entrar a su empresa, que te saludaran, que todos sus clientes estén satisfechos, que la cuenta engorde cada vez más y que pudiera dedicarse a lo que más le guste.

Pero, ¿qué ganamos y qué perdemos con esto? Básicamente ganamos, en el ámbito del hogar, tiempo que se transforma en comodidad-¿felicidad? y en el ámbito de la empresa, tiempo que se transforma en productividad, y en principio, dinero para el empresario.
Perdemos de forma general, cultura por el esfuerzo, trabajo remunerado, actividad física, contacto con la realidad, capacidad de valorar.

La entropía nos obliga a mantener un aporte energético a nuestro cuerpo, o sea, necesitamos comer y beber todos los días. Su obtención se reduce, prácticamente, a comprarla. Para comprarla se necesita dinero y lo obtienes a cambio de tu trabajo, si los robots hacen el trabajo y con mucha más eficiencia, ¿quién se lleva el dinero, antes destinado al trabajador?

Probablemente el robot en sí, necesitará de muchos trabajadores para su desarrollo y mantenimiento, pero su eficiencia junto con la bajada de precio de la energía harán que sea menos necesario trabajar al humano para la misma necesidad.

Esto nos lleva a tres caminos:
  • Si el dinero conseguido por los robots se lo quedara todo el empresario y la economía siguiera con inflacción, como podría parecer lo más coherente, ya que él es quién ha invertido su dinero en comprarlo, el trabajador que no tuviera trabajo o que trabaje menos horas a causa de ellos, no podría pagar, ni siquiera la comida, lo que terminaría en tal desigualdad que se desestabilizaría el sistema.
  • Si el dinero se lo quedara todo el empresario, pero la economía deflaccionara, sería reinvertido en bajar precios, pudiéndo repartirse el trabajo y, por tanto, aunque se cobrara menos, no se perdería poder adquisitivo. 
  • Si el dinero se repartiera entre toda la población vía impuestos aplicados a las empresas que aprovecharan la automatización para rebajar horas de trabajo por persona, en un ratio definido por parámetros como el valor de cobertura de las primeras necesidades, se podrían mantener los precios de los bienes que no son de primera necesidad y a los de primera, se podría acceder de forma gratuita o a bajo precio.

Por ahora, todo parece indicar que el camino que llevamos es el primero, donde lejos de repartir los beneficios o bajar los precios, se utiliza para engordar las cuentas de los paraisos fiscales; pero llevado al extremo, las personas, incluso del primer mundo, ya han empezado a morir por falta de cobertura de las primeras necesidades, esto se acentuará y las guerras se agravarán hasta la muerte del número de personas que "sobran". No es una visión idílica, pero es la realidad, los robots solo están acelerando el proceso de desigualdad que ya está ocurriendo, a no ser que pongamos remedio tomando uno de los otros dos caminos.

Aún así, los robots tienen más sospresas y las responsabilidades podrían cambiar. Lo vemos en la próxima entrada.

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